La inercia es una fuerza física que hace que los cuerpos tiendan a mantenerse a la velocidad que llevaban. Ya sea en movimiento o quietos. Es común escuchar la frese de “actúo por inercia”. La inercia no se puede evitar, pero si se puede no actuar por ella. Cuando uno actúa sin pensar, sin medir consecuencias, sin ser realmente conciente de los daños, actúa según sus instintos, sus ganas y por inercia. Por el simple hecho de actuar. De esta manera, uno siempre termina pagando las consecuencias, secuelas, heridas, golpes y demás cosas que trae el simple hecho de actuar sin pensar. Lamentablemente no puedo considerarme ajena a esta situación. A ese “no pensar”, “no medir”, “no escuchar”. Se podría decir que soy un vivo ejemplo de este tipo de acciones, aunque quiera dejar de hacerlo. A esta situación, le atribuí el nombre de “frustración”, una palabra que me ha acompañado durante un demasiado prolongado tiempo. El simple hecho de intentar, poner lo mejor de si, luchar por las cosas y que estas simplemente salgan mal, es algo que ha afectado tanto a grandes ídolos como a simples personas. A ricos, pobres, medios, negros, blancos, a todos para resumir. Pero hay quienes siguen a pesar de esto. Quienes perseveran y en algún momento, triunfan. Yo nunca logre ser parte de estos últimos. Hasta no hace mucho tiempo, cuando sorpresivamente se presento ante mi una persona bastante inesperada. Alguien a quien en este momento le debo muchas cosas. De todas formas, aunque hoy mi realidad sea algo diferente a la de antes, me doy cuenta de que persevero y persevero, y aquel momento no me llega. De manera que mi frustración de hace mayor. Y sin embargo, ahí esta esa persona, “empujando” por así decirlo, dando lo que le queda… a alguien a quien muchos consideran un caso perdido. Es a ella a quien le escribo esto. Sin esperar nada a cambio y sin pretender nada. Simplemente que sepa lo que es en mi. Y que sin ella, nada seria igual, que me importa mucho y que por eso mismo, hoy decido pensar para actuar. Es por ella que hoy decido hacer las cosas bien. Pensar en las consecuencias, pensar en los errores del pasado, medir posibles secuelas. Pero no sólo he pensado en eso, sino que también me di cuenta de que fui alguien muy egoísta este tiempo, y que voy a revertir eso.
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